Abandonado el escalectrix de Alemania, Dinamarca limita la velocidad a 120Km/hora, aunque en la mayoría de las autopistas – siempre de dos carriles – abundan más los tramos de 110/km hora.
En Dinamarca los coches son, en su inmensa mayoría, pequeños monovolúmenes. Aquí nadie te pita y se te ven acercar te dan paso en seguida sin que haga falta que lo pidas.
Contrariamente a Alemania aquí todo el mundo va súper tranquilo; los transportes públicos cubren perfectamente todas las necesidades de desplazamiento.
El país por lo general es de geografía bastante plana… creo que lo más alto que hay aquí es el puente que une la península de Odense con la de Copenhague, un mega puente que acaba en una autopista de dos carriles. Viajando por el país da la sensación que estás en un jardín; todo súper pulcro, verde, lleno de árboles e inclusive en la Dinamarca profunda las granjas están súper ordenadas, organizadas y muy limpias.
Copenhague es muy fácil, puedes ir a todas partes sin usar siquiera el transporte público. Por todas partes tienes “Toilettes”, lavabos perfectamente guarnecidos con su papel higiénico y pulcros. Es una de las cosas que más se agradecen.
Todo lo pagas con tarjeta Visa o Mastercard… hasta la entrda en el «Toilette».
Comí bastante mal y en la ciudad no abundan los restaurantes y bares… si, ves alguno muy alternativo pero los olores no me convidan… Finalmente pasé por Elsinoro, ciudad costera muy agradable y donde los camareros te invitan a entrar en su restaurante. El paseo es muy agradable ya que circulas todo rato por la costa. Mucha casa individual, pero sin grandes pretensiones arquitectónicas u exhibición de riqueza…eso si todas muy arregladas, limpias y ordenadas.
Viajando por Elsinoro a Hundested, puerto de pescadores con varios chiringuitos; de comida, de antigüedades, de ropa… finalmente un chiringuito de pescado frito.
El propietario, un viejo pescador, así que escuchó el español se le abrieron los ojos. “… Hoooo spania …” y con la mano derecha palmeaba el corazón. Había estado en Andalucía y por lo que parece estaba enamorado de la región. Por supuesto que no hablaba español, ni Ingles, pero nos pudimos entender. En la carta del menú enumerarles comidas de nombre indescriptible acompañadas del precio. Lo mejor que tenía de pescado eran hamburguesas de pescado, eso sí al 95% de pescado (¿??). Dado que era el plato que más pescado tenia pues tocó hamburguesa de pescado al 95% con patatas fritas y algo de ensalada, un manjar exquisito para estas latitudes.
La hamburguesa no estaba mal, pero se me repitió toda la tarde. Todo muy bonito, un jardín por todas partes, muy educados pero la comida….
De aquí para Sjaellands Odde. Como siempre todo muy limpio y ordenado, varias granjas por el camino y al final una estación de barcos que te llevan a la península. Como siempre los lavabos perfectamente impecables.
En el hotel a la mañana siguiente y durante el desayuno, un tipo bajito de constitución fuerte y vestido todo el de camuflado vagueaba de un lado para el otro con un vaso vacío y aire de perdido. Intuí que el pobre tenía problemas…
“…¿Eres español???…” “Hostia tío… me acabas de salvar… no entiendo nada de nada, ni siquiera como se saca el café…”
Había venido desde Bilbao en una furgoneta alquilada de AVIS. Venía a una exposición en Suecia sobre caza con arco. La empresa para la que trabajaba – pese a estar prejubilado por un accidente – venía a exponer su ropa de caza.
“…Mañana llega la salvación… “se refería a los amigos de la empresa que venían desde Bilbao en avión y habían quedado aquí.
Le invité a nuestra mesa y pudo beber el café. El hombre no sabía nada de inglés o cualquiera otro idioma exceptuando los patrios castellano y vasco.
Sobre Dinamarca “..alucinante tío… aquí no te pitan ni te agobian por la carretera… nada que ver con el ro

llo que llevamos allá…Siempre agobios, malos rollos, pitadas …estrés total tío… y los vaters…que passada..”
En pocos minutos explicó su vida y tan agradecido quedó que … “os quiero hacer un regalo”. Por un momento pensé que me iba a regalar una de los jaquets camufladas y pensé no …. Por más que le decía que no hice nada anormal … “si tío, pero ya no lo hubiera hecho… me has salvado la vida. Yo sin hablar con nadie ni para ir al váter…”. Así que fuimos a su furgoneta y me mostró su material posteriormente me regaló una botella de Rioja de su Arsenal y un mega pan redondo de su región… Muchas gracias hombre.
Uno de los alicientes del viaje son las personas que encuentras por el camino; sus historias y aventuras constituyen el mejor libro de viajes que se puede leer durante el viaje.
Dinamarca es el paraíso de las bicicletas; por todas partes abundan las bicis y el aparcamiento de bicicletas. También abundan los patinetes eléctricos y esos si se ven muchos tirados por las calles; me imagino que cuan do se le agotan las baterías los turistas simplemente los abandonan allá donde les pillan…